Desde infecciones agudas como la fatal neumonía y la más popular de las bronquitis a enfermedades crónicas como el asma y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, las infecciones del tracto respiratorio afectan tanto las vías nasales como bronquios y pulmones.
Conocidas como afecciones respiratorias, la faringitis crónica, la sialoadenitis, el tabaquismo, la tuberculosis por resistencia a los medicamentos, la sinusitis, la fibrosis pulmonar, la gripe y hasta el cáncer de pulmón, pululan entre la población exacerbadas en la época invernal.
De las afecciones respiratorias, la faringitis es la más asidua y recurrente y sus causas, múltiples.
El estilo de vida, los hábitos perjudiciales para la salud, la genética, el estado de salud del individuo, son sólo algunos de los factores que cabe destacar.
- Infección viral o bacteriana ocasionada por resfríos, contaminación a través de microorganismos presentes en el aire o por exhalación de personas que ya la padecen.
- Sistema inmunológico debilitado o deprimido, pudiendo existir otra enfermedad subyacente.
- El estrés, enmascarado detrás de una faringitis escondiendo un estado grave de ansiedad.
- El gritar fuerza enormemente las cuerdas vocales que se debilitan produciendo ronqueras, disfonías y afonías.
- El humo de cigarrillos, cigarros y pipas, irrita notablemente el revestimiento de la garganta exponiéndola notablemente.
- Los ambientes cerrados y mal ventilados.
- La exposición en ambientes muy secos o muy húmedos, con polvo, con humo, expuestos a corrientes de aire o a substancias químicas.
- Las alergias que suelen producir el característico goteo nasal.
- La primera infancia, entre los cuatro y los siete años.
- La sinusitis crónica al igual que las alergias que da lugar a su vez, a una inflamación crónica.
La consulta al médico es esencial para efectuar un correcto diagnóstico de las afecciones respiratorias y recibir la medicación y los tratamientos adecuados.